La Haya: Diputado Esteban Velásquez entregó carta abierta al Presidente Piñera

En la misiva, el parlamentario planteó: "Más allá del puntual conflicto me pregunto ¿y después de La Haya, qué? Me permito hacer presente a la más alta Autoridad de la Nación, la consideración de una soberanía que comprende el ejercicio del desarrollo de las regiones, las comunas y su gente".

País 03/10/2018 editor editor
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Excelencia.

A raíz de los últimos acontecimientos entorno a la fallida pretensión del Estado Plurinacional de Bolivia, se han enarbolado los sentimientos patriotas hacia las Regiones de Antofagasta, Tarapacá, y Arica y Parinacota, desde distintos sectores de la sociedad, que son en parte sentimientos de amor por nuestro terruño que, por cierto, comparto.

Más allá del puntual conflicto me pregunto ¿y después de La Haya, qué? Me permito hacer presente a la más alta Autoridad de la Nación, la consideración de una soberanía que comprende el ejercicio del desarrollo de las regiones, las comunas y su gente. En Chile no somos minoría quienes creemos con certeza que de nada sirve tener territorios en estado de abandono, contaminados a tal punto que las madres ven morir a sus hijos de cáncer; territorios donde sus ciudadanos sufren enfermedades broncopulmonares; territorios en que los que más tienen viven cómodos, saciados y seguros, y los más pobres no tienen un pan que llevarse a la boca; territorios que son ricos en recursos naturales, pero cuyas minas son vaciadas a cambio de nada.

Nuestra región tiene grandes riquezas, económicas, humanas, urbanas, entre otras. Pero hay algo que desde hace muchos años viene calando fondo en el corazón nortino, es el sentimiento de abandono de nuestras comunas y nuestra gente. Porque no podemos respirar aire limpio o beber agua pura, porque vemos cómo la gran minería se lleva todo y no queda nada para inversión pública local, y día a día se acumula la contaminación sin existir una responsabilidad ni de parte de las empresas mineras ni del Estado, y porque vemos que empresas corruptas hacen y deshacen con nuestros recursos minerales contando con la venia del Gobierno.

Por tal motivo es que el norte y en particular nuestra región de Antofagasta, necesitan saber si existe voluntad por su parte, excelencia, para crear el Fondo de Desarrollo para el Norte, con el cual se comprometió en su primer gobierno hace 8 años; crear la Ley de Rentas Regionales; de patrocinar la Ley que establece el Royalty Minero como un Derecho del 3% a la extracción, presentado por el suscrito con apoyo de otros diputados, de manera que los parlamentarios oficialistas que se opusieron a su admisión se abran a apoyar la moción que ahora sigue su amino a ser ley; de atender la descontaminación de comunas como Antofagasta, Calama, Tocopilla y Mejillones; de hacer del litio un recurso que sea explotado por el Estado y que beneficie a todos los chilenos. Necesitamos, Presidente, un Gran Acuerdo Nacional por un nuevo y mejor trato con nuestras Regiones, que una inmensa mayoría de chilenos le agradecerán.

Ya en el año dos mil diez usted se propuso “que al culminar esta década, Chile se haya convertido en un país desarrollado, sin pobreza”[1], meta que año a año se ha postergado y que hoy en día estamos bastante lejos de cumplir y muy cerca del plazo. Pero no es sino una crítica constructiva, porque como parlamentario estoy más que comprometido con al ideal detrás de la meta, que es el acabar con la pobreza, la segregación y la falta de oportunidades.

Presidente, las regiones quieren oportunidades, pero el camino por recorrer se ha alargado demasiado. ¿Cómo podría desarrollarse Chile si las regiones no se están desarrollando? Sé que en Septiembre se reunió con los intendentes de las regiones para trabajar en la creación de los Planes de Desarrollo de las Regiones de Chile, y creo que los parlamentarios debemos ser parte de la planificación del desarrollo por el rol representativo y legislativo que cumplimos en el Estado, y así trabajar en conjunto por un real desarrollo integral, eficiente y efectivo.

Cuando hablo de desarrollo, debe entenderse como un desarrollo integral y no sólo en materia económica, porque en su extremo el desarrollo económico puro puede perjudicar el medio ambiente, como actualmente ocurre en mi región. A la autoridad muchas veces pareciera no importarle el nivel tóxico del ambiente en las comunas con tal de obtener el preciado mineral y exportarlo; a todas luces el caso de Quinteros. Si bien Chile necesita la industria para dar empleos, generar y hacer circular la riqueza, tenemos el deber de cuidar el medio ambiente y cuidar a nuestros conciudadanos, porque sin medio ambiente sano no puede haber vida, nuestros conciudadanos no pueden vivir en medio de la contaminación, y si no hay conciudadanos sanos no hay trabajadores, y sin trabajadores no hay progreso, ni desarrollo, ni riquezas para el país. Aquí recuerdo las palabras del Papa Benedicto, inspiradas en sus antecesores y tomadas también por el Papa Francisco, instando a “eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente”[2] respecto al cuidado de nuestra “casa común”. Sí, Chile es nuestra casa común, la casa de todos, y debemos cuidarla en serio, no es baladí.

Es por todo lo anterior expuesto, que reitero a su excelencia la necesidad de dar soluciones concretas a las problemáticas que afligen a nuestra Región de Antofagasta, principalmente en materia de salud, medio ambiente, trabajo; el Fondenor y rentas regionales junto a la necesaria redistribución de los recursos de la minería, para que sea efectivo el que un porcentaje de los recursos queden en la región, queden en las comunas mineras, y le permitan así un verdadero desarrollo. No es justo que la región que más riqueza le produce al país, sea la que menos recibe y la que tiene mayores índices de desempleo, enfermedades y contaminación. Nuestra región no quiere seguir siendo una zona de sacrificio.

Presidente, usted puede devolverle la dignidad a este pueblo del norte de Chile, arrebatada tantas veces por el abusivo centralismo; en sus manos está la posibilidad de transformar nuestra región, entre la cordillera y el mar, bajo estos cielos luminosos, de una zona de sacrificio a una zona de verdadero desarrollo integral, por lo cual será recordado generación tras generación.

Espero sinceramente verlo más en nuestra región, inaugurando escuelas, trabajando con los gobiernos comunales,  escuchando a la gente en nuestras plazas, caminando bajo nuestras estrellas, recorriendo nuestra pampa ardiente en medio de la danza de los coloridos cerros, instruyendo a sus gobiernos regionales y trabajando con los parlamentarios. Porque nuestra soberanía está en riesgo, atentan contra ella la contaminación, las enfermedades, la pobreza y la falta de oportunidades. Transforme esta zona de sacrificio en zona de desarrollo.

Que Dios lo bendiga a Chile, a usted, a su familia y a todos los chilenos.

Viva Chile.

                                                                                          

 

Esteban Jorge Velásquez Núñez

Diputado de la República de Chile

Región de Antofagasta



[1] Discurso Presidencial 21 de mayo de 2010.
[2] Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede el 8 enero de 2007.

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