La mujer chilena y el deporte

Columna de opinión de la seremi del Deporte de Tarapacá, Vania Llantén Moreno.

Editorial 08/03/2024 Editor Editor
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En el ámbito deportivo, los prejuicios arraigados sobre los roles de género han sido utilizados como herramientas para perpetuar la exclusión de las mujeres como deportistas. A lo largo de la historia, las instituciones deportivas, muchas veces influenciadas por estructuras de poder dominadas por hombres, han promovido activamente la discriminación y la marginación de las mujeres en el deporte.

Los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en el año 766 a.C., se organizaron con un enfoque exclusivamente masculino, destacando las habilidades guerreras y atléticas de los hombres mientras excluían deliberadamente a las mujeres. Esta exclusión no fue solo una cuestión de capacidad física, sino que estuvo arraigada en una visión patriarcal que relegaba a las mujeres a roles domésticos y las consideraba inherentemente incapaces de participar en actividades atléticas.

A medida que el tiempo avanzaba, las restricciones impuestas a las mujeres en el deporte evolucionaron para reflejar y perpetuar las normas de género de la época. Durante el siglo XIX, líderes deportivos como Pierre de Coubertin expresaron abiertamente su creencia en la inferioridad de las mujeres en el ámbito atlético, utilizando argumentos pseudocientíficos y paternalistas para justificar su exclusión del deporte organizado.

En el contexto chileno, las mujeres deportistas han enfrentado desafíos adicionales debido a la persistencia del machismo y la exclusión sistémica en el ámbito deportivo. La dictadura militar, que gobernó el país entre 1973 y 1990, impuso restricciones severas a las mujeres en todos los aspectos de la vida pública, incluido el deporte. La visión autoritaria del régimen sobre los roles de género reforzó estereotipos tradicionales que limitaron severamente las oportunidades de las mujeres en el deporte y en la sociedad en general.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, las mujeres deportistas chilenas han demostrado una notable resiliencia y determinación para superar las barreras impuestas por el sistema político y social. 

En la actualidad, las políticas públicas, especialmente bajo el gobierno del Presidente Gabriel Boric, están comenzando a abordar de manera más directa la desigualdad de género en el deporte. Mediante la implementación de medidas que promueven la inclusión y la igualdad de oportunidades para las mujeres en todos los niveles del deporte, el gobierno busca corregir las injusticias históricas y promover un ambiente deportivo más equitativo y justo para todas las personas.

La promulgación de leyes como la Ley Nº 21.436, que profesionaliza el fútbol femenino en Chile, es un paso importante hacia la creación de un sistema deportivo más igualitario y justo. Estas medidas no solo reconocen el talento y el esfuerzo de las mujeres deportistas chilenas, sino que también representan un desafío directo a las estructuras de poder político y social que han perpetuado la discriminación de género en el deporte.

Es importante reconocer que la historia de las mujeres en el deporte chileno es rica y diversa, con más de un siglo de lucha y perseverancia. Desde las primeras dirigentas que disputaron financiamiento e infraestructura para la práctica deportiva, hasta las niñas y jóvenes que desafiaron estereotipos de género para perseguir sus sueños deportivos, todas han contribuido al avance y desarrollo del deporte en Chile.

En el presente, las mujeres deportistas chilenas continúan abriendo camino en la competencia, demostrando su talento y determinación en diferentes disciplinas deportivas. Su dedicación y logros inspiran a las generaciones futuras y nos recuerdan que el deporte es un espacio donde todas y todos deben tener la oportunidad de participar

La lucha de las mujeres por la igualdad en el deporte no es simplemente una cuestión de habilidad atlética, sino también una lucha por el reconocimiento y la justicia en un sistema que históricamente las ha excluido y marginado. Al abordar estas desigualdades de manera activa y consciente, Chile puede avanzar hacia un futuro donde el deporte sea verdaderamente inclusivo y equitativo para todas las personas, independientemente de su género. ¡Seguimos, hacia un Chile para todas!

 

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