Iquique y Alto Hospicio en Plan Calles Sin Violencia

Con el Plan Calles Sin Violencia se busca enfrentar a las organizaciones y bandas criminales con una acción coordinada entre las distintas instituciones del Estado, orientada a incrementar la presencia policial y reducir los delitos violentos, intensificando las fiscalizaciones de tráfico, porte de armas y órdenes pendientes en sectores y horarios prioritarios.

Editorial 16/04/2023 Editor Editor
COLUMNA

Daniel Quinteros Rojas, Delegado presidencial regional de Tarapacá

El Plan Calles Sin Violencia nos permitirá abordar de mejor forma los problemas de criminalidad en el país, consolidando lo que ha señalado el Presidente Gabriel Boric: a la delincuencia organizada la enfrentamos con un Estado organizado. Por ello cobra real significado la incorporación en Tarapacá de las comunas de Iquique y Alto Hospicio para controlar y perseguir los homicidios y otros delitos violentos, sin dejar espacio a la impunidad. 

Con el Plan Calles Sin Violencia se busca enfrentar a las organizaciones y bandas criminales con una acción coordinada entre las distintas instituciones del Estado, orientada a incrementar la presencia policial y reducir los delitos violentos, intensificando las fiscalizaciones de tráfico, porte de armas y órdenes pendientes en sectores y horarios prioritarios. En efecto, una parte del Plan recoge la experiencia y buenos resultados obtenidos recientemente en Tarapacá, donde actuamos de manera articulada para controlar una compleja situación delictiva, con patrullajes focalizados de Carabineros, un fiscal preferente y un equipo especializado e interdisciplinario de la PDI para la investigación de homicidios con uso de armas de fuego.

A partir de ahí, el plan Calle Sin Violencia considera 4 ejes de intervención. El primero, de persecución penal, busca tener fiscales y equipos policiales dedicados exclusivamente a la investigación de delitos violentos. En segundo lugar, mejora la presencia policial con rondas de patrullajes, fiscalización de armamentos, puntos de control e identificación de personas con órdenes pendientes. El tercero, de fiscalización, busca entregar mucho apoyo y protagonismo a los municipios para fiscalizar puntos conflictivos de venta de alcohol, casas con arriendos abusivos o tomadas y otras actividades conflictivas. Finalmente, el cuarto eje de prevención y mejoramiento de espacios públicos, llegará con recursos para luminarias, cámaras de seguridad y trabajo comunitario.

Hoy, como Gobierno buscamos replicar ese modelo en 46 comunas a lo largo del país, incluyendo a las capitales regionales y otras que fueron seleccionadas bajo criterios objetivos de las policías y el Ministerio Público sobre la cantidad de homicidios. Al mismo tiempo, en otras 120 comunas desarrollaremos el plan Estado Presente con más inversión y fiscalizaciones, a la vez que llegaremos con recursos para prevención a más de 300 comunas para recuperar espacios públicos y entregar más tranquilidad a las chilenas y chilenos. Al crimen organizado lo enfrentamos con el Estado y la sociedad organizada.  

 

Lo más visto